- ¿ Por qué has puesto el pienso de Fuji en la alfombra del salón? - Le pregunta con cara de asombro, sin entender nada.
- Así se entretiene más buscando la comida y come más despacio - responde como si tal cosa.
- Pues va a ser que no. En mi salón y en mi alfombra ni hablar. - le dijo algo molesta.
- Es solo un momento. - afirmó
- Pues ni un momento. El pienso huele mal y luego se limpia el morro en ella. -
Fuji miraba la escena con sus ojos redondos como dos canicas negras y su cara graciosa, mientras parecía pensar:
¿ Desde cuándo a los perros se les va dejando el pienso por toda la casa ?. La verdad es que soy un poco ansioso con la comida pero, nada anormal y eso de hacerme ir de un lado a otro tras mi pienso me parece claramente una "una cabronada" .
Cerró los ojos dispuesto a seguir con su siesta. Olvidando el absurdo.