domingo, 5 de mayo de 2019

Su Vida Era Esa

Cuando despertó esa mañana, se sintió sorprendentemente extraña.
La habitación le resultó familiar al tiempo que desconocida. Se acercó a la ventana.
La vista que se ofrecía a sus ojos de colinas, campas, pinos y eucaliptos llenándolo todo
de diferentes y hermosos verdes; la complació y le ofreció paz en medio de la rara sensación que la embargaba de no saber con claridad si ya la había visto o no.  Sus pasos, sin titubeo alguno, la llevaron por todo el apartamento. Curiosamente le pareció habitual y lejano al tiempo. Sin embargo no tuvo dudas de su vida en soledad. Pero también supo que no siempre había sido así; ante el hueco de la profunda ausencia que sentía. Trató de ahondar en su memoria buscando los recuerdos que le devolviesen la certeza de su vida. Aunque solo le llegaron sombras oscuras. La invadió un inmenso cansancio. Buscó cobijo en la cama grande que la recibió cálidamente. Cerró los ojos esperando encontrar en los sueños la vida que había vivido. Los sueños no le trajeron nada. Su vida era esa.
Esa que no reconocía.