Como una autómata sin
alma camina por
la vida. El
tiempo no le importa. Da lo mismo
el hoy que
el mañana. Ya
no hay nada
que decir ni
nada que escuchar.
De vez en
cuanto renace ante
la hermosura y la fuerza
de una naturaleza
pura. Mientras, se
conforma con la
indiferencia.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
Días
Días largos y vacíos. Días
callados y en
silencio. Días que
nada traen. Días
que no significan
nada. Días que
pesan. Días carentes
de sentido. Días y
más
días que pasan
muriendo.
martes, 26 de febrero de 2013
El Tren
El tren avanzaba en
medio de un
paisaje blanco y puro. Mientras él
tras la ventana
lo vía pasar,
sus miradas se
cruzaron por un
instante. Era la
primera vez que
le sucedía. Lo
habitual era apenas
ver las caras
de los pasajeros que
ante la vieja
estación pasaban en
los trenes que
ya no paraban en
ella. Quizás fuese
la nevada que
había convertido todo
en un sueño
blanco intemporal que
hizo que aquella
mujer mirase con
esa intensidad. Fue
como si una
descarga eléctrica atravesara
su cuerpo. Sintió
un dolor profundo
y una inmensa
tristeza. Esa noche
soñó que el
blanco paisaje se
teñía de un
parduzco oscuro y sucio.
Más tarde supo
por las noticias
que una mujer
se había tirado
del tren al cruzar uno
de los viaductos
cayendo como una mancha
oscura en medio
del blanco paisaje.
lunes, 25 de febrero de 2013
LLueve
Llueve con fuerza,
llueve sin parar.
Azota insistente los
cristales. Golpea una
y otra vez
las ventanas. Es
fría. Es invernal.
A ella también
la azota y
golpea insistente su
ausencia. La ve,
la escucha, la
siente. Sabe que
la acompañará que
será su amiga
fiel, unas veces
más fuerte otras
más dulce y suave. Pero siempre estará
allí. De la
mano andarán el
camino que queda.
Juntas verán pasar
los días y
juntas escucharan la
lluvia insistente golpear.
sábado, 23 de febrero de 2013
Regreso
Otro lugar, otro
paisaje, otra mar, otra
espuma blanca, otras
colinas, otra
belleza y los
mismos ojos que
miran buscando paz. Esta vez
es el frío
quien la acompaña
sintiendo sobre su
rostro el viento
helado. No le molesta
es también hermoso.
Es limpio y
nítido y purifica.
Ahora ellos serán sus
compañeros y acunaran
su alma dolorida
en el silencio
y soledad.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Paréntesis
Un espacio de tiempo
llenándose los ojos con una
naturaleza salvaje y
bella. La que
te hace sentir
que solo estás
tú y ella.
La que puedes
notar como a un amante
que te abraza
y rodea. La
que acaricia tu
alma. La que
en silencio miras
y te acompaña.
Paréntesis de felicidad
que calma como un bálsamo.
No importa que
la realidad sea
cruel y dura
si al menos
de vez en
cuando hay un paréntesis
de
hermosura.
martes, 19 de febrero de 2013
Imágenes
Las imágenes aun
frescas en su memoria de una
naturaleza fuerte, salvaje
y pura la
llenan de una
cierta calma que
la hace soportar
el hueco de
su ausencia. No
sabe por qué pero
es esa hermosura
lo que más
logra apaciguar su
pena. Volcanes poderosos,
los unos heridos
y sufrientes, los otros dormidos
y ausentes, lagunas
verdes azuladas misteriosas y
ensoñadoras, playas recoletas
y perdidas que
se ofrecen
como amantes, ríos que te
llevan a soñar
con la aventura
por los secretos que ocultan sus aguas y la exuberancia
de su vegetación
exultante, lagos inmensos como mares; perduran
en sus ojos
ya lejos de
ellos. Han entrado en
su alma triste
y la han
reconfortado. A sido vida lo
que ha visto y
a través de
esa belleza la
han encontrado y
la han amado y por
su piel han
penetrado.
jueves, 14 de febrero de 2013
Su Volcán
A medida que
se iba alejando
de la isla y del
volcán sintió
una profunda melancolía. Él había sido
su volcán. Recordó
cuando así lo
llamaba en sus
noches de pasión
juvenil. Había sido tan
hermoso y fuerte,
había sido tan sólido y
honesto como ese
volcán que se
iba alejando despacio
en medio del
lago. Por eso
lo amó. Porque
en él encontró
todo aquello que
buscó. Como al
volcán que dejaba
en medio del
inmenso lago, lo
dejó en la
inmensidad de la
muerte. En silencio
les decía adiós
a la isla, al volcán
y
a él que
había sido su
volcán.
miércoles, 13 de febrero de 2013
La Vieja Finca De Café
Como casi todos
los caminos que
abandonan el adoquinado
de la carretera
que circunvala la
mayor parte de la
isla, era un
desafío. Pero cuándo
me preguntaba a dónde
iríamos a parar surgió
del pasado, en aquel bello
e increíble rincón
la vieja finca
de café de
1860 cargada de
historias sin contar.
Sin embargo lo más
asombroso era lo
que íbamos a
encontrar. Convertida en
posada de a tres dólares
la hamaca y
10 el cuarto
con camastro; alojaba
a huéspedes de
lo más vario
pinto. La hermosa
pintora de ojos
verdes, venida de
tierras del norte
enamorada del joven
nativo artesano de joyas.
La lesbiana fumando
canutos de marihuana
que mira arrobada
a su compañera.
La rubia pareja
que escribe sin
descanso un diario
de viaje que
algún día releerán
o que sueñan
con publicar. Un
maduro matrimonio que
se vio sorprendido
cuando al leer
que había habitaciones
románticas se encontró
con el inverosímil
alojamiento y decidió
que a pesar de
todo se quedarían
esa noche. Y otros que
leían, comían o deambulaban sin
más. El bello
sonido de una
voz femenina cantando
acompañada por los
suaves acordes de
un guitarra y
el susurro de
las conversaciones de
aquellos jóvenes entregados
a ver pasar
el tiempo sin
aparentes proyectos ni
responsabilidades, embebidos por
la belleza que
desde allí se
divisaba de los
dos volcanes, el
uno muerto el
otro vivo, en
medio de un
lago como la
mar, llenaba la
casa de una
irreal sensación de
ensoñación. Entonces, yo también me llene de su magia. Me sentí
de espaldas al mundo. La
isla de Ometepe
me impregnó
con su belleza
y percibí en
mi piel la
hermosura del azulado
y extinto Madera
convertido en volcán
de agua de
cascada y laguna
en su cumbre
frente al poderoso
Concepción que lo
mira de frente
con sus entrañas
abiertas y heridas.
martes, 12 de febrero de 2013
Ometepe
Como a dos amantes
de la mano
eternamente unidos, el
Cocibolca acuna en sus aguas la inmensidad
de
ese amor. Él lleno de
pasión vela a
su amante
muerta rugiendo cuando
su alma llora
clamando al cielo
su desesperación. Entonces
se abren sus
entrañas de pena
y de dolor
y en su figura esbelta
quedan abiertas las huellas de sus lágrimas
de amor incandescente. Mientras,
ella dormida
en su sueño
sin fin dulcemente
yace cubierta de
agua y de
verdor. Volcanes míticos y
hermosos que la
hacen soñar con
su amor.
jueves, 7 de febrero de 2013
Pronto Regresará
Los días van
pasando y pronto
regresara a su
vida cotidiana. De
nuevo ante ella
se abrirá la incógnita de
su realidad. Sus
ojos dejaran de
ver mundos distintos
y volverán a
lo habitual. Su
casa la acogerá
sola sin él.
De nuevo tratará
de ocupar el
tiempo con
él compartido y encontrar la
calma olvidada. Buscará
en su retina
los paisajes perdidos
y puros que la
han acompañado para sintiendo todo
lo hermoso vivido
poder hallar algo
nuevo que le
de la fuerza
para buscar vida
dentro de sí.
martes, 5 de febrero de 2013
Por El Rio San Juan
Una bruma húmeda y tropical
les dio los
buenos días dándole al
encantador pueblecillo del Castillo un aire
de ensoñador misterio. Disipándose poco después,
antes de que
embarcasen en otra
pequeña panga para
continuar el recorrido
por el mágico
rio San Juan.
Acompañados por un experto
conocedor de sus aguas capaz
de sortear sus rápidos,
piedras y troncos y una magnífica
guía, emprendieron la
aventura de embeberse
en su hermosura.
A medida que
avanzaban su vegetación
era cada vez
más tupida y
espesa. Las islas
del río parecían
bergantines de verdes
velámenes y mascarones
mitológicos que hablaban
de piratas y
bucaneros. El río les
daba la bienvenida
mostrándoles sus tesoros.
Un caimán dormía sobre
un tronco y
dos cocodrilos uno en
la
orilla aún un niño
de metro y
medio y otro, ya
adolescente, echado al
sol en una
roca los miró
aburrido. Garzas blancas
y grises de
diferentes tamaños los veían altivas
al pasar. Dos
monos congos emitieron
su sonido ronco como saludo y
las iguanas verdes
y anaranjadas displicentes
ni se inmutaron
ante su presencia cuando la
panga se acercaba
silenciosa. Al llegar al rio
Bartolo bajaron, entregaron
los permisos y
fueron a tratar
de encontrar las ranas verdes.
Allí estaban entre
la enorme base
del tronco del
inmenso árbol. Diminutas, frágiles y
preciosas como un delicado
mosaico verde con sutiles
rayas negras. Imposible
ni siquiera sospechar
que su veneno
es capaz de
matar a un
hombre. Después el rápido de
Machuca y girando a
la izquierda el pequeño afluente río
Sarnoso. Se adentraron en él.
Sus aguas se
hacían cada vez
más cristalinas y
la selva cada
vez más cerrada.
Era fascinante. En
un recodo cuando
ya la panga
no podía avanzar
más; en una
playita bajaron a
aplacar la sed
con unos cocos traídos
por
sus amables guías
de dulce agua
y suave carne. El
experto navegante se
había adentrado un
poco más y
los llamó. Se
descalzaron y cruzaron a
la otra orilla por
las increíbles y
casi frías aguas
cristalinas del Sarnoso.
Allí en el
fango húmedo estaban
claramente dibujadas las
huellas recientes de
un Jaguar. La
aventura había sido
perfecta. Pero el
río aún les iba a
ofrecer su último
regalo. Inmenso en
su envergadura de
cinco metros, dormitaba el magnífico cocodrilo, echado
en una roca
al sol. Les
dejó acercarse hasta
que por fin
decidió que ya
era suficiente y se
deslizó al río
esperando a que se fuesen
aquellos intrusos, para
de nuevo regresar
a su roca
en medio del
río San Juan para desde
ahí sentirse su rey.
Navegaron de regreso
sintiendo el viento
fresco y húmedo y
toda la
belleza que el rio San
Juan les había brindado.
Entonces ella pensó que ojalá toda aquella hermosura lograse aplacar su profunda e irremediable pena de vivir sin él.
El rio Y El Castillo
Rio abajo con
unos poco turistas
cargados con sus
mochilas y máquinas
fotográficas , acompañados por
lugareños que regresaban
a sus poblados
con quesillos, frutas y compras
de toda clase;
navegaba la pequeña panga
en medio del
ancho rio de
orillas de vegetación
espesa, de bosque húmedo
tropical. La lancha
paró en diminutos
embarcaderos y en
un pueblón destartalado
donde el trajín
de pasajeros que iban y venían
lo llenaban de actividad. Parecía
sacado de “Cien
Años De Soledad”
y su “Macondo”.
El viaje continuó lleno de hermosura
y al cabo
de una hora más o menos se
divisó a
lo lejos, en
lo alto de
una colina los
restos del antiguo
fuerte. Casi le
resultó de juguete
cuando se guarda
en la retina
el poderío de
los de la vieja
Europa. Amparadas por
él se levantan
en tambos de
madera las casitas multicolores
de sabor caribeño.El Castillo de una belleza ingenua como una pintura primitivista e inocente le ofreció su bienvenida fuera del tiempo y el espacio. Mientras el rio con su belleza la llevaba a pensar que recorría las aguas de “El Amor En Los Tiempos Del Cólera”.
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