No sabe dónde
mirar. No sabe dónde buscar.
Su alma herida
llora cansada. No
encuentra su amor
perdido. No haya reposo ni
descanso. No
sabe si sabrá
seguir. Ante ella continua
abierto el
abismo de su ausencia. Le
falta su aliento,
le falta su
calor, le faltan
sus palabras. Su
dolor es tan
profundo y fuerte
que en vez
de corazón siente
en su pecho
el peso inmenso
de la eternidad
y no sabe,
no sabe.
lunes, 30 de julio de 2012
jueves, 26 de julio de 2012
Medita
Sentada en su
jardín escuchando el
rumor del viento
entre los álamos
que asemeja al de la mar, se
pregunta qué sentido
tiene su vida
sin él y
no encuentra respuesta.
Sus días se repiten vacios y huecos. Ya su cuerpo
no recibe el
calor de su
roce. Ya sus
ojos no se encuentran
con los suyos.
Ya se
acabaron sus largas
conversaciones. Nadie la
querrá como él
la quiso. Nadie
la necesita como él la necesitó.
Se pregunta entonces
para qué seguir
una vida carente
de su amor.
Esperando envejecer con
su ausencia como
compañía. Viendo languidecer
el tiempo
y las cosas.
Engañándose con absurdos.
Preparando viajes, pensando
en buscar otro lugar
donde vivir o
a quién o a qué dedicarse. Sabiendo
como sabe que
nada le interesa
sin él. Para
que seguir. Para que
esperar un futuro
que nada le
ofrece. Se siente
cansada y desolada.
Sentada en su
jardín escuchando el
rumor del viento
entre los álamos
medita en silencio.
sábado, 21 de julio de 2012
Hace Tres Meses
Han pasado tres meses y cuando
por las mañanas
mira su lado
de la cama y
no lo encuentra
le sigue pareciendo
imposible que ya
no esté, que
se haya ido
que se haya
muerto. Palabra horrible
que le hiere
el alma por
rotunda y definitiva.
Prefiere decir que
se ha ido
que ya no está. Así le parece
que volverá
que cualquier día
regresará. Solo ella
sufre la pena
inmensa de su
ausencia. Solo ella
ha perdido la
razón de su
vida, su amor
y su compañía. Solo ella
vive su ausencia
día a día.
Solo ella padece
el dolor de
su vacio. Solo
ella sabe lo
unidos que estaban
y como él le
decía “solo somos
tú y yo,
mi amor”.
¡Qué pronto se
fue! ¡Cuánta vida podían
haber compartido aún!
domingo, 15 de julio de 2012
La Ermita
El día amaneció
con nubes bajas
de esas que
dejan una suave
y fina llovizna.
Pero pronto despejó.
Entonces tomó el
camino de la
ermita. Era la
primera vez que
lo hacía desde
la playa por
el monte cruzando
los caseríos, subiendo
y bajando repechos
llegó zigzagueando hasta
arriba. Desde allí
pudo ver la
mar en calma
con su paz
infinita y al
levantar la vista
los montes verdes,
hermosos y serenos
se alzaron ante
ella. A
los píes del pequeño muro de
la iglesia medieval
donde con sus
manos había dejado caer
sus cenizas y
los pétalos de
unas camelias rojas
ahora brotan un
sin fin
de campanillas silvestres
blancas. Esta vez
tomó una pequeña
piedra como símbolo
de su recuerdo
tal como hacen
los judíos, la
estrechó con fuerza dejándola
en el muro
de la ermita
diciendo:
“ayúdame. Tu pérdida
me ha
dejado huérfana de
amor y tu
ausencia la
vida vacía”
sábado, 14 de julio de 2012
El Concierto
Sabía que iba
a ser duro.
Pero lo que
no sabía era
que Lang Lang ,
su pianista preferido, con
su enorme pasión
y talento iba
a interpretar el “concierto nº 1
para piano y
orquesta” de Tchaikovsky. Cuando escuchó
los primeros acordes
creyó que no
podría soportarlo. Pero
llenándose de valor
cruzó los brazos
sobre su pecho
como si lo
abrazase y le
dijo: “va por
ti mi amor”
y subiendo el
volumen del televisor se
sentó a verlo
y escucharlo. Lloró
sin pudor mientras
la música fluía
magnífica y a su mente
afloraban los recuerdos.
Tenían veinte y
pocos años cuando
en aquel apartamento
frente al mar
en la pequeña
mesa con su
mantel azul y
vajilla blanca, iluminada
por la tenue
luz de una romántica vela
le aguardaba una
cena de amor.
Al oír sus
pasos rápidos subir
por la escalera
ponía el
disco del concierto
nº1 para piano
y orquesta de Tchaikovsky
interpretado por la
orquesta filarmónica de
Berlin dirigida por
Herbert Von Karajan. La
música les envolvía
al tiempo que
se fundían en
un abrazo dulce
y emocionado. Él
feliz observaba su
vientre de embarazada, ella le sonreía
llena de vida
y de luz.
Ese concierto les
acompañó a lo largo de
la vida.
Juntos lo escucharon
y vieron interpretar
por grandes orquestas, solistas
y directores. La
última vez fue
una retransmisión desde
Shoubroum con la filarmónica
de
Viena dirigida por
Zubin Mehta y
como solista precisamente a
Lang Lang. Los dos
lloraron pues sabían
que nunca más
lo escucharían. Hoy
aunque está sola
escuchándolo se llena
de él con sus recuerdos
y sentirá su
mano cálida y fuerte, como
tantas veces, apretando
la suya emocionada
al oir la
maravillosa música del “concierto nº 1 para piano
y orquesta de Tchaikovsky”
domingo, 8 de julio de 2012
Eternamente
Quienes resentidos por
el desamor dejado o que
conviven tristemente con
él. Quienes exaltan su
soledad e independencia. Quienes prefieren ser
muchas cosas antes que compañeros, cómplices y
amantes. Quienes jamás
han conocido lo
que es amar y ser amados. No
pueden comprender el
dolor devastador de la pérdida
de un amor profundo
y
enraizado. Que llenó la
vida entera. Con
él que se
aprendió a crecer
y ser persona.
Que está lleno
de recuerdos de pasión exultante
cuando el cuerpo joven
lo pedía. Cargado
de ilusión y
fuerza cuando emprendió
el camino. Que
llegó a la
complicidad y a
la simbiosis. Esos no sufrirán
jamás el desgarro lacerante de
la ausencia. Pero tampoco conocerán
lo hermoso y
único que es
que te amen eternamente.
domingo, 1 de julio de 2012
Una Carta
Hoy, por fin, me atrevo
a escribirte. El sufrimiento y la
pena han
silenciado mi deseo
infinito de hacerlo.
Tenía miedo que
las lágrimas y este
dolor
lacerante me lo
impidiesen. Pero hoy
sin saber muy
bien porque siento
que podré hacerlo.
Mi querida, queridísima, así
encabezabas tus cartas cuando
tenías veinte años. Así que hoy yo lo haré
de
la
misma manera:
Mi querido,
queridísimo:
Desde que
te fuiste mi
vida se fue
contigo. El vacio de tu
ausencia se instaló
en mí y vago en
la desgarradora evidencia
de tu perdida.
Pero hoy he
decidido que estás
conmigo. Y como
te dije y tú llorabas
al oírme vivirás
en mí.
Cuándo en tus últimas
horas te cantaba
quedamente las canciones
en francés de
mi infancia al
verte tan frágil y
desvalido y a
tu lado cuando
ya no abrías
los ojos, pálido
con la muerte
cincelada en tu
rostro tu mano
entre las mías
te decía “mi
caballero español” porque
fuiste honesto, valiente
y cabal ante la
vida y ante tu muerte. En
el silencio tú
y yo en
mi dolor, nos
dimos cuenta de la
inmensidad de nuestro
amor. Por todo
eso y mucho
más mi querido,
queridísimo he decidido que
no te has
ido. Que estás
en mí. Que
me acompañas. Que
como siempre me
cuidas. Que como
siempre me amas. Quizás así podré seguir
viviendo.
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