martes, 13 de mayo de 2014

Arenas Ancestrales

Una inmensidad rojiza salpicada de promontorios rocosos  salidos de un pasado eterno se le mostraban a miles de kilómetros de altura. Jamás había visto nada igual. Sus ojos asombrados se perdían en aquella belleza perturbadora. El viento había dejado en sus arenas ancestrales su huella en forma de ondas melancólicas y había cubierto, también con ellas, las viejas minas de diamantes. Aquella desolación infinita era tan intensa y profunda que estremecía. Fantasmagorica hermosura surgida de tiempos olvidados y remotos.  

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