Empezaba a caer la tarde
Empezaban los roseasos celajes a cubrir el horizonte.
Los pelícanos caían en perfectos clavados en el Pacífico verde y calmo de la pequeña bahía.
Sus aguas frías bañaban su cuerpo.
Sus ojos miraban como el sol se iba ocultando hasta desaparecer.
Sentada en la arena oscura pensó en él y en todo lo que él había sido; llena de una paz profunda.
.
Empezaban los roseasos celajes a cubrir el horizonte.
Los pelícanos caían en perfectos clavados en el Pacífico verde y calmo de la pequeña bahía.
Sus aguas frías bañaban su cuerpo.
Sus ojos miraban como el sol se iba ocultando hasta desaparecer.
Sentada en la arena oscura pensó en él y en todo lo que él había sido; llena de una paz profunda.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario