viernes, 6 de noviembre de 2015

Gritos

Él estaba en la azotea del edificio .Ella desde abajo lo veía con toda claridad. Había más gente pero, no sabría decir si eran hombres o mujeres. Solo lo miraba a él. Lo distinguía perfectamente. De pié joven y vigoroso con su pantalón claro, su camisa rosada pálida, su tez aceitunada y su pelo negro; la buscaba. Ella lo miraba y movía los brazos para llamar su atención. Lo llamaba por su nombre pero, él no la oía y se alejaba sin verla. Desesperada gritaba una y otra vez su nombre con tal fuerza en medio de la noche que sus propios gritos la despertaron con su nombre en los labios. No se asustó, ni sintió miedo gritaba lo que su alma no aceptaba y ella ya sabía. Jamás volverían a encontrarse.  

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