miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Mercado

Lleno de color con mil sabores diferentes y la luz entrando a raudales por sus inmensos ventanales acristalados la invitó a entrar. Caminó entre la gente sintiendo su palpitar, mientras se deleitaba con todo aquello que a sus ojos se brindaba. Pequeños puestos con todo tipo de gustaciones que atraían su mirada. Le gustó aquel lugar coqueto y armonioso. Habían logrado desarrollar un espacio lleno de pasado de forma inteligente,atractiva,original y agradable. Le ofrecía esa sensación de hermosa acogida que tanto le gustaba. Ese bienestar que sentía cuando se encontraba rodeada por un entorno que de alguna forma reflejaba lo que para ella era su mundo y que aunque ya no pudiese vivirlo con él supo que compartía la magia del viejo y encantador mercado de San Miguel.   

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