De píe, tomados de la mano, miran la inmensidad del mar desde los acantilados. De pronto un soplo de viento la arrastra y lleva hasta una roca vacía en medio de la mar. Quiere regresar pero no puede, se aleja más y más. Él la mira desde la colina mientras lo envuelve la bruma. Entonces sus ojos se abren cargados de melancolía y despierta.
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