jueves, 16 de octubre de 2014

Wigmore Hall

Con ese amor que se inicia y despierta. Con ese amor que aun no conoce la fuerza de la pasión. Con ese amor amor tierno casi casto que vislumbra el placer y más aun siente por primera vez la hermosura de dar placer y tímido busca con pudor todos los rincones de otra piel; así sonaba la sublime composición para cuarteto de cuerda de Weber dedicado a su primer y joven amor, a su eterno y único amor. Le era fácil identificarse con Weber y dejarse llevar a ese espacio mágico de amor vivido mientras la música fluía en Wigmore Hall.   

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