Los Jardines De Palacio

Fuentes con bocas de flores, ranas, tortugas, caballos o figuras mitológicas expulsan chorros de agua mezclando su sonido con sinfonías de Mozart en las hermosas esplanadas o en los recoletos rincones casi escondidos de sus jardines exquisitamente tallados tal como en su día los diseñó Le Notre.
La cautivaba tanto pasear por sus espléndidas avenidas como por sus recónditos pasajes. Ver desde la regia galería de los espejos su hermosura siempre la fascinaba.
Evocó todas las veces que a lo largo de su vida los había visitado. Siendo niña de la mano de su padre aquellos domingos de otoño cuando los ocres y dorados lo llenaban todo y la llevaba en una barca por el gran estanque. Las visitas guiadas con su madre; la hicieron conocer la historia de los reyes y reinas que lo habitaron. Las intrigas palaciegas, las amantes ambiciosas  y el triste e inepto rey y su  joven alocada y frívola reina que fueron incapaces de afrontar los cambios que se avecinaban. Abandonaron el esplendor del palacio y sus jardines para morir en un cadalso.
Después regresó en varias ocasiones con él. Aún recuerda sus risas, sus besos, sus manos enlazadas  y sus sueños de futuro mientras recorrían los jardines.
Ayer en su soledad paseo por ellos acompañada por el sonido del agua de sus fuentes, las sinfonías de Mozart  y los recuerdos de una vida.