Cada noche se gira hacia el hueco eterno de su vacío. Estira su brazo y su mano agarra con fuerza la sábana que lo cubriría. Entonces extrañamente siente como si su mano estuviese entre la suya; dándole fuerza y seguridad. Está allí. No está sola. Cada noche duerme con la dulce compañía de su mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario