Una lagrima se desprendió de sus ojos como una gota de agua y calló sobre el mantel. El camarero la miró al pasar, quedándose sorprendido ante el dolor contenido de aquella mujer. No pudo evitarlo sintió un profundo respeto por ella. Nada sabía de su pena pero, la serena ausencia de su rostro le hizo por un segundo olvidarse del mundo y comprender que esa lágrima iba preñada de amor.
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