sábado, 5 de febrero de 2011

El Butaco

Sentadas una frente a otra, se miraban, se observaban y cada una contaba su propia historia. No se escuchaban, no se buscaban. Dos mujeres hablando solas. Así pasaron horas hasta que se cansaron. Entonces se levantaron y se fueron. El cuarto quedó vacío. La ventana con la celosía echada lo dejaba en la penumbra. Pero podía verse en el rincón un espejo de cuerpo entero y frente a él, el único butaco que allí había.

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