Hace días que el sol se esconde detrás de la niebla. Y yo vago entre el cansancio, la ansiedad y las pesadillas. Miro a mi alrededor y casi todo me es ajeno, como algo extraño de otro mundo. Mis días van pasando al ritmo de la enfermedad y el dolor. Me repito una y otra vez con la lógica como argumento que venceremos. Que cogidos de la mano mirándonos a los ojos saldremos de estas tinieblas. Pero mi cuerpo acusa la congoja que me embarga. Quizás estas palabras me sirvan como hondo desahogo y pueda después tomar el aire vital que necesito.
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