No hay tregua ni pausa. Avanzas galopando sobre tu corcel siniestro. Arrasas y destruyes sin piedad ni miramiento. No hay escapatoria posible. Ni lucha noble. Corroes las entrañas con tu letal veneno. Arrancas de raíz la vida sembrando la desolación.
Hemos perdido la batalla. Tan solo queda entregar las armas. Lo haremos con nobleza. Mirándote de frente sin ira. Aunque delante te tenga a ti vil y maldito traidor.
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