domingo, 15 de abril de 2012
Soledad
Te escucho respirar con ese sonido especial que acompaña a la muerte. Y aun así me parece imposible que te vayas a ir. A pesar de los meses vividos sabiéndola llegar ahora cuando veo su perfil recortado en el tuyo no logro imaginarme sin ti. Pero debo dejarte ir tranquilo sin hacerte sentir mi vacío y mi miedo ante tu ausencia. Ocultándote mi terrible orfandad al perderte. Tan solo te digo “te quiero” y te sonrío para seguir diciéndote “todo está bien amor”. Mientras ante mí se abre el terrible y profundo hueco de la soledad.
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