Sin sobresalto ni temor todas las madrugadas abro los ojos. Enciendo la luz y el reloj marca la hora en que te fuiste. No siento ni angustia ni temor. Una suave sensación me embarga. Cierro los ojos. El sueño de nuevo dulcemente acude. Estas conmigo. Tu fuerza me llena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario