Las horas se
arrastran lánguidas y
pesadas. Mi mirada
se pierde en
la nada. Solo la
noche me acoge
en sus brazos
y duermo en el silencio
de una pena
que solo entonces
calla. Ojalá el
sueño me envolviese
eternamente y dejase
de sentir y
padecer. Ojalá no
despertase para no ver un
día más el
vacio de mi
vida.
No hay nada
que me sujete.
No hay nadie
que me retenga.
Mis razones se
dieron. Mis sueños
se cumplieron. Mi
causa terminó contigo.
Sin embargo aun espero el
milagro ( yo que no
creo en ellos)
de encontrar algo
para poder seguir
viviendo
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