La vida pasa a mi lado como el paisaje a través de la ventana de un tren. La gente entra y sale, va y viene. Yo ni entro ni salgo, ni voy ni vengo. Solo estoy. Estoy a todas horas con el dolor, el sufrimiento y la enfermedad. Parece que vivo en otra dimensión. Lejos de la normalidad y de lo cotidiano. Los días son extraños y lejanos. Parecen fríos y brumosos. El vacío que me embarga inunda mi tiempo parado en la tristeza. Y cuando todas las mañanas abro los ojos quisiera despertar del mal sueño que me habita. Pero la realidad cruel y obstinada se hace presente y vuelvo a ver pasar la vida a través de la ventana de un tren que lleva a ninguna parte.
viernes, 24 de febrero de 2012
domingo, 12 de febrero de 2012
La Espera
Cuando tus ojos, a veces, me miran con la intensidad de siempre y tu voz recobra su fuerza me parece mentira, me parece un mal sueño que la enfermedad te corroa las entrañas. Cuando delgado y frágil te sientas al borde de la cama compruebo la dura realidad. A ti nunca te gustó emprender batallas perdidas. Lo comprendo. Aferrarse a vanas esperanzas es no afrontar lo evidente. Intentar ocultar lo irremediable. Tú aguardas y yo velo contigo. Es cansada y cruel la espera. El único aliento es decirnos aún “te quiero” cada día.
jueves, 9 de febrero de 2012
Solos y en Silencio
A penas se escucha algún ruido que otro; un automóvil que pasa, unos jardineros con sus labores a lo lejos, niños que van o vienen del colegio. En medio de ese silencio se escucha el gorjeo de los pájaros posados en los árboles desnudos de invierno.
Los dos solos y en silencio como tantas veces, como siempre nos ha gustado. Intimistas de pocos amigos y a penas vida social a dos hemos compartido la vida. A los dos nos gusta este silencio a los dos nos gusta la paz y la armonía de nuestro propio mundo. Me gusta estar así contigo solos y en silencio. A pesar de mi inmensa tristeza y tu infinito cansancio así juntos los dos a la espera sin estridencias ni falsas esperanzas vamos hacia ella. Como decía Brel “ya voy, ya llego”. Te dejaré con ella solos y en silencio.
lunes, 6 de febrero de 2012
Derrota
Tal vez me ganen la partida. Tal vez logren derrotarme. Tal vez acaben con mis fuerzas. Cuando por las mañanas temprano abro los ojos a los tristes amaneceres de invierno me embarga un inmenso cansancio. Lo peor no es la pena de saber que la muerte se acerca que desde hace meses tiene la partida ganada. Lo más duro es el inmenso desgaste de la lucha casi diaria contra el sistema que hace del enfermo un número sin tener en cuenta su peculiar situación. Médicos que siguen los protocolos sin dar explicaciones, sin por un momento darse cuenta de a quién tienen delante ignorando las capacidades de su interlocutor. Médicos que ante un enfermo condenado no se implican al ser este un lastre y no el éxito de una curación sin darse cuenta que la grandeza en estos casos está en acompañar y sostener. No culpo, ni condeno tan solo expreso mi sentimiento de abandono y abatimiento.
sábado, 4 de febrero de 2012
Incomprensión
Es imposible que comprenda su sufrimiento. No sabe lo que es vivir una pasión. No puede ni imaginar hasta dónde puede llegar un amor. En su soledad está lejos de comprender la unión profunda de dos seres, que a pesar de las dificultades se han convertido en uno; cómplices hasta en el pensamiento, conociéndose y reconociéndose el uno en el otro. ¡Qué lejos está de ese amor!
Por eso nunca ha entendido su fuerza, su bravura, su lucha por él y con él. Siempre ha sido la extraña, la extranjera. La que no se somete, la que hasta delante de la muerte es capaz de mirarla a la cara sin miedo y con dignidad mientras el dolor de la pérdida la consume y la rasga. No es capaz de entender la pena de él porque quería vivir aún con ella ni la de ella ante el vacio de su ausencia.
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