Un cielo despejado
de verano. Una playa en
calma. Unos ojos que se
llenan con una
mar que poco
a poco se
aleja dando paso una
playa
más amplia. Una mar a la que se unió
para irse
con las mareas
en su eterno
ir y venir. Una perfecta armonia que abriga y cobija. Una mujer que espera sentada en
la playa que
un día no
muy lejano la abrace también.
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