Trenzaron sus vidas
y sus cuerpos
para hacerse uno. Él
la amo con
fuerza y con
pasión. Ella solo
lo tenía a él. Ahora con él
perdido en el nunca más, se siente
muerta y sin
esperanza. Sin una mano cálida
tendida. Sin el
abrazo que arropa.
Sin la mirada
cómplice. Nada le
puede ofrecer la
vida cuando el
camino ya está
hecho y las
canas platean sus
sienes. Tan solo
le queda la
vana esperanza de lo que nunca llegará
e ir muriendo
poco a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario