Abre la puerta
y la recibe
el silencio. Mira
su fotografía y
le dice “buenas
noches amor”. Regresa
a su casa
y a pesar
de su nostalgia
su alma se
serena en medio
de su soledad.
Siente una paz
melancólica y triste
pero al fin
y al cabo
paz. No hay
duda que es
su territorio y
aunque está vacío
sin él sigue
siendo su refugio;
lo más suyo,
lo más de él. Se
acostará en la
cama grande y
al extender su
brazo acariciará el
hueco de su
ausencia. Otra noche
más se dormirá
acompañada por sus
lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario