Quizás la
mejor manera de
sobrevivir a su
ausencia sea él
engañarse haciéndole presente.
Imaginando que está
con ella, que la
escucha
y que la cuida. Quizás así
sus horas sean
más cortas y su vacio
más leve. Quizás
así la desesperación
de su ausencia
podrá encontrar algo
de tranquilidad. Quizás
así el
dolor de su
alma la dejará
respirar. Quizás así
la vida no
le será tan
dura y como
él dijo al
despedirse:
“La vida sigue
mientras perdure en
el recuerdo de
los corazones de
los que siguen
viendo amanecer”
Quizás, ahora además de
llevar en su
corazón su recuerdo,
lo haga tan presente
que lo sienta
a su lado y
pueda vivir.
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