Cuánto miedo, cuánta
incertidumbre, cuánto no
saber qué hacer. ¡“No
te equivoques, solo
somos tu y yo” cuántas
veces se lo
dijo! Y no
lo acababa de
creer. Ahora sola
y perdida ante
la vida se
da cuenta de
la profunda verdad
que encerraban sus
palabras. Nadie la
sacará de la
tristeza. Nadie resolverá
su vida vacía.
Nadie la mirará
con amor y
ternura ni, tomará
su mano ni,
rozará su piel.
Sin rumbo abre
los ojos cada
día buscando encontrar
una razón que
no encuentra. Hundida
en la
desolación vuelve a
pensar en descansar
y perderse para
siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario