Si algo tiene
a su favor
es que posee
un gran “sentido del
deber”. Le comentó
Esas palabras le
hicieron comprender muchas
cosas y encontrar
explicación a otras tantas.
Nunca lo había
pensado a pesar
de haber tratado
durante mucho tiempo
de entenderla. Ese
acercarse a ellos
desde esa especie
de generosidad que
ella siempre percibió
como lejana. Esas frases
extrañas, duras y
fuera de contexto que
a veces decía salidas de
su subconsciente. Ese
darle a entender
sin quererlo que
nunca la quiso.
Ese desinterés oculto
por sus vidas.
Ese no creer
en ellos. Sin embargo
cuándo llegó el
dolor atroz de
su partida con
ellos estuvo. Cumplió
eficaz su cometido
con esa entrega tan
propia de ella;
sin ternura. Cumplía
con el sagrado
“sentido del deber”.
Se lo habían
inculcado como máxima
de vida. Por
eso se sentía
superior, poseedora de
bondad. Pero le
faltaba amor y
el “deber” sin
él es triste
y frio. Quizás
su vida llena
de obligaciones por
el deber cumplido
la dejó incapaz
de entender a
quienes aman apasionadamente por
todos los poros
de su piel.
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