Ayer volví
a verla. Algo
había cambiado en
ella. Parecía más
serena. Sin embargo en
el fondo de
sus ojos vi
oculta la oscura
certitud de la
desesperanza. Sigue el camino sin
soñar con nada,
sin esperar nada. Pero ahora
sabe que hay
que ocultarlo. Para qué
contarlo. Para qué
decirlo. Nadie quiere
oírlo. Mejor es callarlo y hasta sonreír. Mientras
vaga en su
profundo vacío y
soledad perdiendo la
esperanza día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario