La vida le
resbala como la
lluvia fina sobre
la piel. No
la penetra ni
la moja. A
penas si siente
su ligero frescor. A penas
la alivia su
humedad. A penas la
percibe. Se
escurre sobre ella
sin rozarla. Está
cansada de no sentirla. Está agotada de
tener por compañía
a la tristeza.
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