Llueve con fuerza,
llueve sin parar.
Azota insistente los
cristales. Golpea una
y otra vez
las ventanas. Es
fría. Es invernal.
A ella también
la azota y
golpea insistente su
ausencia. La ve,
la escucha, la
siente. Sabe que
la acompañará que
será su amiga
fiel, unas veces
más fuerte otras
más dulce y suave. Pero siempre estará
allí. De la
mano andarán el
camino que queda.
Juntas verán pasar
los días y
juntas escucharan la
lluvia insistente golpear.
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