Otro lugar, otro
paisaje, otra mar, otra
espuma blanca, otras
colinas, otra
belleza y los
mismos ojos que
miran buscando paz. Esta vez
es el frío
quien la acompaña
sintiendo sobre su
rostro el viento
helado. No le molesta
es también hermoso.
Es limpio y
nítido y purifica.
Ahora ellos serán sus
compañeros y acunaran
su alma dolorida
en el silencio
y soledad.
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