Han pasado casi cuarenta y cinco años. Entonces era una adolescente rebelde e insegura. La única extranjera en aquel elegante y riguroso colegio. Situado en Getxo , la zona más burguesa del Bilbao industrial de entonces oscuro y sucio. Rodeado por solemnes mansiones como lo era el mismo. De aquella época recuerda los días lluviosos, el uniforme azul, las misas y rosarios diarios que tanto rechazaba. De todo ello no queda nada. Bilbao se ha convertido en una ciudad atractiva de la que todos hablan y Getxo con sus rotondas y avenidas floridas, su paseo frente al mar y sus hermosísimas casas remozadas, hace pensar en esas señoriales ciudades europeas con raigambre.
El destino le había hecho considerar a Bilbao como el mejor lugar para hacer frente al desafío al que se enfrentaban y Getxo el lugar perfecto para descansar antes de encararse a ese reto. Hoy frente al mar en el pequeño hotel que en su día fue una de esas casas señoriales, a dos pasos del desaparecido colegio, viendo los pequeños veleros de la escuela náutica , los yates de recreo , los barcos cargueros y los grandes cruceros; le parecía mentira estar allí. ¡Habían cambiado tantas cosas! Ya habían pasado los tiempos de los sueños por los que luchar. Tener una casa, criar hijos, darles un porvenir. Ahora cuando solo buscaban la armonía de juntos y solos disfrutar de esa paz, se enfrentan, sin previo aviso y prematuramente al posible adiós final. Los hechos se han dado de forma inesperada. Había que actuar, tomar decisiones. Lo hizo con la cabeza fría. Lo acompañaba con serenidad. Más unidos que nunca caminaban por el difícil y duro sendero que tenían ante sí.
Estos dos últimos días de hermosura antes del desafío, le resultaban como la calma que precede a la batalla. Cuando los hombres velan sus armas y sus corazones henchidos aceptaban al destino. Se miraba al espejo y le parecía que dentro de la imagen reflejada había otra que guardaba su dolor y sus lágrimas. Los dos de la mano paso a paso emprendían el camino dispuestos a luchar con coraje y dignidad, sea cual fuere el resultado final. Pero hay algo similar en el ayer y en el hoy, en aquel tiempo anhelaba encontrarlo, hoy anhela no perderlo.
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