El tren con
destino desconocido lleva
a una única
pasajera. Lo tomo una madrugada oscura en la que perdió la luz. Desde entonces viaja en él, sola y en silencio. Sentada mira
por la ventana
los distintos
paisajes pasar. Sus
ojos se pierden
en ellos con melancolía. Las
montañas, las colinas,
las largas praderas,
las playas, las
olas, la mar le abrazan el alma
dulcemente al pasar. El tren
se detiene en
grandes y pequeñas
estaciones pero ella
no baja en
ninguna, sigue sentada
rumbo a ese destino desconocido que no llega nunca.
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