Hace un año
con sus manos
esparcío sus cenizas
junto a pétalos
rojos de camelias
donde él escogió. Quiso
que se
cerrase el círculo
de ese amor en el
mismo lugar que cuarenta y
cuatro años antes lo habían
jurado. Eterno su
amor y eterno
el de ella. Le trasmitió
su deseo que
fuese feliz pero
ella
jamás lo volverá
a ser sin
él. Sé que
no fue perfecto
pero sí apasionado.
Se hicieron uno
y no tuvieron pudor en proclamar
que se amaron
hasta el final
con la misma
intensidad. Por eso
al perder a su amigo, su
amante, su compañero
a penas subsiste
sin él.
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