Sonaron los primeros
acordes del concierto
de año nuevo y con
lágrimas en los
ojos le dijo “va por
ti mi amor”.
Siempre lo escuchaban
juntos. Para luego él
comentar si el
director de ese
año le había
dado más o
menos brillo a
la orquesta filarmónica
o la había
mantenido contenida. Aún
el año pasado
cuando su cuerpo
quebrantado a penas lo
sostenía logró bajar
a la sala
de música y
ver la retrasmisión
en directo. Hoy ya
no la acompañaba
pero ella pudo
escucharla a pesar
de la pena
y sentir en
su alma el
calor de su
presencia a través de
la música y
en el recuerdo con
él vivir los
más hermosos conciertos
de año nuevo que juntos
escucharon.
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