Encerrada su mente
en una jaula
de barrotes oscuros;
deambulaba sin encontrar
la salida. Llamó angustiada.
Estaba enojada al no
recibir respuesta alguna
sobre a quién
ella llamaba su
novio. La intermediaria
la había traicionado.
Era malvada y
la engañaba. No
sabía el porqué de
su actitud. Le
ocultaba sus mensajes.
No quería que
se comunicasen. Sin embargo eso
no iba a impedir que un día se viesen
y se amasen.
Pronto
le enviaría nuevos mensajes, encontraría quien se los
hiciese llegar. Entonces
serían felices. Su
voz ansiosa y
alterada se fue
calmando y sin casi darse
cuenta su angustia mermó. La escuchó
con respeto para
que así su mente atormentada
fuese encontrando una
cierta calma y los fantasmas
regresasen a su
mundo imaginario.
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