Camina sola por una ciudad
que conoce desde
hace casi veinte
años. Sin embargo
podíamos decir que
le es ajena.
Ciudad provinciana y
cerrada que nada
le dice. Que nada le
ha dado. Sus
gentes le son
extrañas y las
mira desde lejos.
Sus calles y
edificios ni la enamoran,
ni la cautivan.
Cuando se vaya ni dejará
recuerdos, ni mirará
hacia atrás. Se
irá tranquila y
no volverá.
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