Esa mañana todo basculó a su alrededor. Nunca nada sería ya igual. No podía decir que la conociese mucho. Pero lo poco que de ella sabía la sorprendía y conmovía. Luchadora, dinámica y curiosa ante la vida poseía una personalidad original. Su mente ágil y despierta la hacían diferente y especial. Ahora ya no existe. Enredada en un cerebro dañado. Perdidas las conexiones. Su mente vaga entre deshilachados pensamientos, olvidados recuerdos y fugaces pensamientos. Ni siquiera su cuerpo es el mismo; atado a una silla de ruedas. Crueles tiranos que hacen de ella otra cosa. Vive para no ser. Para sin rumbo esperar. Para con una pequeña sonrisa en los labios y una mirada dulce, sin rabia ni dolor estar.
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